La compañía danesa LEGO®, desde sus inicios en 1953, ha mantenido un nivel de calidad excepcional, de manera que si cogemos uno los primeros ladrillos de plástico, aún conservará la misma tonalidad de color y será perfectamente compatible con los ladrillos de ahora. No caducan nunca.
Comprar LEGO® no es sólo comprar un juguete, es invertir en el desarrollo de las habilidades técnicas, la percepción espacial, psicomotricidad fina y la creatividad de nuestros hijos. Algo fundamental para su educación y su futuro profesional.